Salud cardiovascular de las personas con VIH


Gracias al esfuerzo de los investigadores y de las propias personas que vivieron con VIH desde el inicio de la epidemia, desde mediados de la década del '90 contamos con fármacos y estrategias que permitieron lograr la primera de las metas en el camino hacia la curación de la infección por VIH: dejó de ser una enfermedad indefectiblemente mortal para convertirse en un problema de salud crónico y controlable. Las personas infectadas con VIH que siguen el plan acordado de controles médicos, consumo adecuado de antirretrovirales y controles periódicos de sus valores de laboratorio, tienen una altísima chance de alcanzar una expectativa y una calidad de vida muy similares a las de la población general no infectada con el virus.

En forma paralela a la caída de la carga viral plasmática y al aumento del recuento de CD4, producto del uso de antirretrovirales, se observó que muchos pacientes presentaban inesperados aumentos de las grasas y del azúcar de la sangre. Ambas situaciones pueden amenazar la salud cardiovascular. De esa forma, el cuidado de la salud cardiovascular emergió como un tópico central. ¿Qué estaba pasando?

Se llevó adelante un estudio en el que un grupo de personas infectadas con VIH recibió tratamiento antirretroviral ininterrumpidamente, mientras que otro grupo recibió el tratamiento con interrupciones periódicas y controladas para reducir la aparición de los efectos adversos sobre las grasas y el azúcar en la sangre. Los controles clínicos eran muy estrictos para también evitar complicaciones clínicas. Para sorpresa de la comunidad médica, el estudio debió ser detenido precozmente ya que entre los pacientes que suspendían periódicamente sus tratamientos se observó una mayor proporción de eventos cardiovasculares isquémicos (infartos y angina de pecho) que entre quienes nunca habían suspendido el tratamiento. En otras palabras: suspender periódicamente el tratamiento antirretroviral para conseguir una reducción de los efectos adversos sobre las grasas y el azúcar, y así reducir la chance de enfermar del corazón, fue más nocivo que mantener el tratamiento en forma permanente. Esto ratificó la propuesta inicial de que el tratamiento antirretroviral debe ser tomado permanentemente, sin interrupciones salvo aquellas derivadas de toxicidades graves que amenacen la vida y que sean indicadas por el médico tratante.

Un nuevo actor que ya se venía vislumbrando subió a la escena: la inflamación. La inflamación era el resultado de la replicación viral. Los mecanismos por los cuales la inflamación podría incrementar el riesgo vascular no están totalmente dilucidados, pero esto, sumado a los factores de riesgos clásicos ya conocidos convierten a los pacientes infectados con VIH en una población con más riesgo que la población general de padecer enfermedades del corazón.

¿QUÉ HACER ENTONCES?

Nuestras sugerencias para mantener y mejorar su salud cardiovascular son:

  • Ejercicio físico regular. Practicar alguna actividad física adaptada a su edad y su estado físico, en forma regular, 3 veces a la semana durante 20 minutos cada vez es una buena idea. No hace falta cansarse, no hace falta ganar ninguna carrera, no hace falta llegar primero. Es suficiente con empezar caminando o andando en bicicleta, disfrutando en compañía de amigos o pareja. Esto ayudará a mejorar la hipertensión arterial, el estrés y el sobrepeso.
  • Alimentación saludable: un profesional nutricionista podrá ayudarle. Evitar el exceso de calorías, reducir la sal y los azúcares refinados, las grasas saturadas (fundamentalmente las procedentes de fuentes animales), reducir el alcohol.
  • Abandonar el hábito de fumar: es muy difícil hacerlo solo. Pero por otro lado, cualquier estrategia fracasará si usted no da el primer paso. El primer paso para dejar de fumar es: ¡querer sinceramente dejar de fumar! En Helios Salud contamos con profesionales que pueden ayudarle en ese aspecto.
  • No suspenda sus antirretrovirales. Su médico infectólogo sabe que es difícil mantener su tratamiento durante todo el tiempo, pero es imprescindible que así sea. Cuando se sienta cansado de tomar sus remedios, cuando tenga deseos de suspenderlos, pida un turno con su médico, discútalo con él, encontrará propuestas nuevas para seguir adelante.
  • Haga los controles médicos y de laboratorio que su médico le sugiera. Esto también es tedioso, implica conseguir un tiempo que a veces no se tiene, pero es muy necesario. Permite evaluar cómo van las cosas dentro de su cuerpo. No lo olvide.

data fiscal de la afip
logo IRAM